Comemos lo que somos

Por ejemplo, podemos estar comiendo un alfajor, lleno de azúcar y chocolate y bla bla… ya sabemos todo lo que es un alfajor. Nadie come un alfajor para obtener proteínas, sino porque es rico y punto. Pero podemos estar haciéndolo desde la culpa y el malestar, o desde la felicidad y congruencia de celebrar eso que queremos comer en el momento que queremos comerlo, con disfrute, en compañía o no, bajo una situación especial o no.

Nos enseñaron que para comer eso que nos gusta y que en teoría está prohibido, hay que esperar al fin de semana y luego hacer muchas cosas para compensar ese error. Casi al estilo confesionario. También medio que nos secuestraron el placer, y hoy no sabemos si lo que comemos es una sobredosis de estímulo o algo rico y placentero pero no desorbitante. La comida de verdad no te vuelve locx, simplemente te nutre con alegría y coherente. Y te da eso hermoso que sentis después: energía para que puedas gastarla en hacer y sentir mucho.

¿Cómo fue mutando tu vínculo con otros seres en medio de la evolución de tu propia nutrición? ¿Cómo es la alimentación de otros animales con los que convives?

— Siempre me siento en sintonía, aunque no me declaro amante de los animales. Porque para mí no hace falta amar para respetar.

Pero levantarme todos los días, sabiendo que no forman parte de mi plato e intento que eso suceda en otras áreas, me hace vivir sin disonancia.

No se si quiero hablar de la alimentación de Pipa y Tofu, porque demasiado ya tengo con la alimentación de los animales humanos, demasiado tengo que resistir ese espacio como para meterme con otro.

Solo decir que se alimentan muy bien y real, y sus análisis también dan cuenta de ello.

¿Qué recomendación das a quienes desean transitar hacia una alimentación basada en plantas? Tres puntos claves para arrancar ya mismo!

— Tres puntos claves (para mi, hoy):

PACIENCIA. Pero principalmente con el propio proceso. Y con el resto. Para mi siempre es mejor reservarte y cuidarte cuando das los primeros pasos, sino en general las demás personas pueden estar ahí para juzgar si haces algo mal o lo que sea.

SUMAR, NO RESTAR. Incluir más plantas en la vida diaria. Más legumbres.

MÁS BÁSICOS, menos recetas. Si estás muchas horas en la cocina para hacer una super receta instagrameable pero tu cocina quedó un desastre y vos con agotamiento, entonces estás siendo poco eficiente con algo muy finito: tu tiempo. Suma plantitas diariamente a tus días, en tus platos bases. Y después con el tiempo viene la sofisticación  y por qué no, la consulta con un profesional de la salud idóneo en el tema.

En un mundo de tanta violencia instalada, en las instituciones en general y sobre todo en las diversas áreas de la salud ¿cuál consideras que sería la «manera ideal», para ayudar de forma integral a las personas que consultan, preocupadas por su bienestar corporal y mental? ¿Existe una red o guía, donde podamos consultar a «profesionales del bien»?

— Las personas/consultantes necesitan y necesitamos conocer nuestros derechos a ser respetados para no vivir situaciones de violencia dentro de una práctica médico/nutricional. Es cierto que ante la vulnerabilidad siendo consultante, a veces esto es muy difícil de reconocer. Es por ello que la denuncia o al menos hablar con la institución es lo mejor que podemos hacer.

Desconozco si hay una red, pero quienes estamos en esta obviamente nos conocemos y vamos derivando en base a eso.

Desde tus inicios en la nutrición hasta ahora, ¿has notado cambios en el sistema de salud o va en decadencia?

— Soy una optimista jajaja. Sí, noté cambios para bien. La cosa fue mejorando.

Yo creo que si bien nos falta mucho y mientras mas ruido se hace más resistencia podemos llegar a encontrar, hoy por ejemplo la alimentación basada en plantas está así escrita (sin eufemismos) como herramienta nutricional recomendada en las mejores y actualizadas guías de práctica clínica médica del mundo.